6 de septiembre de 2011

Reencuentros.

No puedes esperar  más, los nervios se te están comiendo por dentro. Notas como las mariposas de tu estómago se extienden por todo el cuerpo, ahora sientes un cosquilleo en los brazos, las piernas... todo tu cuerpo estaba nervioso.
No podías permanecer quieta, te movías de un lado para otro, pensando si habría cambiado, si sentiría lo mismo. Escuchaste como anunciaban la llegada de su vuelo, ya solo faltaban unos minutos para verle, para abrazarle. Estaba más nerviosa que antes, no sabía que se podía estar aún más. Por fin el momento llegó las puertas empezaron a abrirse.  Empezó a buscarle con la mirada entre la  gente, ahí estaba. Tan perfecto como siempre, con el pelo despeinado, y aquella sonrisa que siempre se adueñaba sus labios.
Me vio, se quedó parado, al igual que ella no sabía que hacer. Pero entonces comenzaron a andar, cada vez más rápido hasta que se encontraron y se fundieron en ese abrazo, ese abrazo tan perfecto que se daba la gente cuando había estado mucho tiempo sin verse. Se quedaron ahí, abrazados.
-Te he echado muchísimo de menos... - Le susurró el con su cabeza apoyada entre su hombro y su cuello, su cabeza encajaba perfectamente. - Tenía tantas ganas de verte.
Se apartaron y se miraron a los ojos, Cloe comprendió que nada había cambiado, seguían sintiendo lo mismo.

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