16 de mayo de 2015

Ansiada verdad.

Ese momento en el que nos sentimos  solos, rotos, vacíos. Ese momento en el que no sabemos qué creer y pedimos la verdad. La deseamos y la tomamos como remedio sin saber si es lo que necesitamos. Porque cuando la conseguimos no hay marcha atrás, nos atraviesa creando más grietas de las que teníamos anteriormente y las cuales ya nos parecían suficientes para sentirnos destrozados. La mayoría de las veces mata y no deja supervivientes. Porque va sacudiendo cada parte de nuestro cuerpo, arrasando con nuestra seguridad y rompiendo las falsas esperanzas de cada uno. Inocentemente, buscando algo a lo que aferrarnos, algo que nos curara, que nos tranquilizara, nos hemos topado con el mayor de los venenos. Tal vez lo que buscábamos era una bonita mentira, en vez de una cruel y peligrosa verdad. Pero seguimos siendo cabezotas y necios, seguimos tomando la verdad como arreglo, como refugio y consuelo. Una y otra vez lo mismo, ¿pero sabéis qué? Que ese sufrimiento lo quiero y lo necesito. NUNCA nos romperemos plenamente, por muy mal que nos encontremos seguiremos enteros, porque no mata de forma permanente, sino ¿con quién jugaría?

15 de mayo de 2015

¿Sobre mí?

Pensaba empezar diciendo " Soy como todos..." pero conforme lo escribía me daba cuenta de que no es cierto, no lo es y me niego que lo sea. Sé que a veces salto y caigo, que cuando me da por apostar algo lo más probable es que lo pierda y que si disparo, fallo. Pero la diferencia es que siempre me levanto, me costará más o menos pero soy cabezota y siempre lo acabo haciendo. También soy orgullosa y en mis momentos más locos, hasta me siento invencible. Sé como soy, no tengo un pelo de perfecta, pero en ningún momento pedí serlo.