8 de septiembre de 2011

Capítulo 3.

Noté como si alguien me revolviera el pelo. ´Me costó un poco enfocar la vista, cuando lo conseguí del todo me encontré con Mike. Estaba sentado en mi cama, y sí, me estaba revolviendo el pelo.
-¿Qué estás haciendo?- Le pregunté mientras me incorporaba.-Deja ya de enredarme el pelo Mike.
- Papá me ha dicho que te despierte, parece estar de muy buen humor, está haciendo huevos para desayunar.
- vale, pues supongo que tendremos que bajar y ir a averiguar qué quiere de nosotros exactamente.
Me cambié de camiseta y de pantalones, luego me hice una coleta y bajé al comedor.
Mi padre no solía hacer grandes desayunos a no ser que fuera para darnos una noticia, si la noticia era muy mala, hacía chocolate, huevos, bacon, zumo ( lo único saludable de ese desayuno), churros, etc... y a veces hacía tarta.Si la  noticia era solo mala, hacía café, huevos y bacon, si era muy buena, hacía solo chocolate, Cuando era normal o buena hacía simplemente huevos con café. Mi padre era muy especial.
- Buenos días papá. - me acerqué y me llene una gran taza con café recién hecho. - ¿Qué quieres decirnos?
Mi padre me sonrío, sabía perfectamente que conocía bien sus trucos.
- Julio y su familia nos invitan a comer a su casa, harán una barbacoa como en los viejos tiempos, quiero que os comportéis y que luego paséis la tarde con will, así ya no ira tan perdido el lunes, y os podéis conocer mejor. ¿Huevos?
- No gracias.- me levante de la mesa con el vaso de zumo en la mano.- Voy a prepararme. He quedado antes con Matt y Alison, pero volveré pronto para no llegar tarde.
-¡Esa es mi chica!
subí a mi habitación, la verdad no iba a pensar mucho qué me iba a poner, cogí unos baqueros y una camiseta básica azul, me puse las zapatillas, me arreglé un poco el pelo y fui a buscar a Mike, siempre me llevaba los sábados por la mañana a cualquier sitio.
Llegué a su habitación, otra vez estaba leyendo ese libro, entré sin hacer mucho ruido, no quería asustarlo.
- Mike, tienes que dejar de hacerlo. - El me miró fijamente, estaba triste, me costaba mucho verle así. - Es sólo un libro.
- Déjame,  metete en tus asuntos. Creo que soy mayor para cuidarme solito. ¿A dónde quieres que te lleve hoy?
- Olvídalo, puedo ir andando. - Salí de su cuarto medio corriendo, bajé las escaleras y me marché. Empecé a andar hacia el parque, no podía creer que Mike siguiera leyendo eso, le hacía daño. De repente su móvil sono.
-¡Hola Alison!, ¿Qué pasa?
-Se me olvidó decirte ayer que no podía venir hoy al parque, lo siento voy de camino a casa de mi abuela, un beso.
Perfecto, ahora tendría que volver a casa y volver a ver como su hermano sufría en silencio sin que ella pudiera hacer nada.
- ¡Dana! -Alguién la llamó, al principio no reconoció bien la voz, luego le vio, estaba a unos metros de ella. - Hola, ¿Qué haces aquí tan temprano?
- En teoría iba a quedar con Alison pero... no puede venir. ¿Y tú?
- Mirar el pueblo, para no perderme cuando llegue mi coche, y bueno... ¿Vas a venir a la barbacoa?
- Si, por... los viejos tiempos. - Ambos se sonrieron. Parecía un momento incómodo pero cuando Will le sonrió dejó de serlo.
- Si, bueno supongo que tu y yo fuimos muy amigos o eso es lo que dicennuestros padres. ¿Quieres dar un paseo?
- Me encantaría, no quiero volver a casa. - me miró perplejo. - Verás si vuelvo ahora, tendré que ver como mi hermano lee un libro que le hace daño.
Le contó toda la historia, y sintió que Will la entendía. Se pegaron una hora sentados en un banco  hablando, el tiempo pasaba muy rápido al lado de Will.
- Mi madre ha encontrado fotos de cuando éramos pequeños, si quieres te las puedo enseñar esta tarde después de comer.
- Eso sería genial, la verdad es que no tengo casi fotos de cuando era pequeña, la mayoría se quedaron en la otra casa. Bueno pues supongo que nose veremos dentro de un rato...
- Sí. - Will volvió a sonreir, era una sonrisa que le hacía sonreír a ella también. - Espera te acompaño a casa.
Subí a mi cuarto, la verdad es que tenía unos cuantos trabajos a medias.  Cuando se acercó la hora de comer, alguien llamó a la puerta.
- Papá nos está esperando en el coche, - Mike se quedó un rato mirándome fijamente a los ojos, luego se marchó.
Cuando bajé ya se habían montado los dos en el coche, yo les imité.
El camino hacia Goldtrees no era demasiado largo, pero sí muy bonito. En seguida vimos la casa, era grande, demasiado para una familia como aquella.
- Pasar, venga, ya estoy preparando la barbacoa, y mi mujer ya ha puesto la mesa, sólo faltáis vosotros.
Julio nos  enseñó el jardín, era enorme, Will podría entrenar bien ancho.
- ¿Dónde te quieres sentar Dana? , ¿Por qué no os ponéis Will, Mke y tu juntos a este lado de la mesa? - me sonrió. Casualmente yo estaba en medio, ultimamente esto pasaba muy amenudo.
Terminamos de comer y Mike consiguió escabullirse para ir a jugar a baloncesto, así que me quedé yo sola con Will. Estábamos viendo fotos de cuando éramos pequeños. Resulta que éramos muy buenos amigos, nuestros padres decían que éramos inseparables,   y que cuando nos mudamos lloré durante toda una semana.
Encontré una foto entre el montón que había sobre su cama.
- Valla, esta foto.. - no sabía muy bien que decir. Estábamos los dos abrazados entre la hierba - Es muy bonita.
Will cogió la foto para verla bien, al hacerlo rozó su mano con la mía. Nos quedamos así, cogidos de las manos sin decir nada, era una sensación muy agradable.
Will volvió a mirar la foto pero no soltó mi mano. Empezó a sonreír.
- Me acuerdo de este día. Me acuerdo de que tu hermano no quería que jugaras con nosotros, y te enfadaste, te fuiste corriendo.
Era todo tan raro, eran parte de mi vida, partes que yo no recordaba, lo intentaba y no conseguía acordarme de ninguno de esos momentos tan bonitos, esa no era mi vida, no podía serlo.
- ¿ Qué te pasa Dana? - Preguntó preocupado. - ¿Estás bien?
- sí, sólo que creo que esta no soy yo, ni esa, ni esta otra... - decía mientras señalaba las fotos una a una.- no recuerdo ninguno de estos momentos.
- Con el paso del tiempo, los recuerdos se van olvidando y más si no tienes fotos para inmortalizarlos e ir recordándolos, además tampoco es que hablaran mucho sobre esos años. Pero no te preocupes, yo los recuerdo por los dos. - Me sonrío, aquella sonrisa era preciosa, me sentía muy agusto cuando  la veía.
Will empezó a acercarse, nuestros labios estaban a tres centímetros, yo le miraba fijamente a los ojos, él encambio, miraba mis labios, se acercó un poco más, iba despacio para darme tiempo a negarme, pero yo no quería eso, Se volvió a acercar, abrió los labios, estaban a punto de rozarse  con los míos.
- ¡Will, Dana!- Gritó su madre desde el otro lado de la puerta. Nos separamos en un segundo, justo cuando la cabeza de su madre se asomaba por el resquicio de la puerta. - ¿ Por Qué no vais a dar una vuelta?, no os vais a quedar toda la tarde en casa...
- Sí, vamos. - Me agarró de la mano y me bajamos las escaleras corriendo, apenas me dio tiempo a decirle adios a mi padre, estaba en el jardín hablando con julio. Cuando salimos a la calle, me condujo hacia el parque que había en frente. - Mi madre es muy inoportuna. Mmm... ¿Qué te gustaría hacer?
- Oh.. pues no se, ¿Podríamos dar un paseo?- Lo dije sonriente, el también sonrío, me cogió de la mano y empezó a andar. Al principio no supe qué hacer.
- ¿te molesta? - Preguntó mirando nuestras manos cogidas.- Si quieres puedo...
- No no no, así está bien.

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