26 de septiembre de 2011

Blablabla

Empiezas a caminar, las miradas siguen tus pasos esperando que te tropieces que caigas, que cometas un herror.
Sabes que todos los ojos están puestos en tu espalda, en tus pies... pero tu les evitas la mirada, pasas por delante con la mirada hacia el suelo. Escuchas sus voces hablando de tí, sus susurros y cotilleos, en los que la protagonista, desafortunadamente, eres tú.
Cuando entras a clase vas directa a tu sitio, sin fijarte en nada ni en nadie, te sientas e intentas pasar inadvertida, algo que a estas alturas es imposible. Abres tu cuaderno y empiezas a hacer garabatos sin sentido intentando distraerte para que el tiempo pase más rápido. Notas un olor demasiado familiar, como para decir que la persona que lo lleva es muy buena. Pasas de ella, y sigue concentrada en sus dibujos, pero  Blade no se rinde ahí, sus largos dedos, con sus uñas rosas, acabaron encima de su  cuaderno, evitando que pudiera seguir dibujando.
Levantó la vista, Blade siempre tenía el mismo aspecto, siempre iba perfecta.
-¿Qué quieres?

1 comentario:

  1. Que hablen, que hablen de mi aunque sea mal...! ajja muy buena entrada esta me gustó particularmente (L)

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