A veces, a la hora de decir adiós pensamos "Solo es un verano.. no pueden cambiar tanto las cosas" pero muchas veces esa frase no suele convencerte del todo, el miedo de que todo cambie a tu vuelta siempre está ahí.
Cuando vuelves y ves que las cosas no son como antes... te llega el pensamiento de que los cambios no vienen solos, que los trae el destino, y si el destino ha decidido cambiar, será porque algo mejor espera, pero resulta que a mi no me gusta que el destino decida por mi cuando he de cambiar, y cuando no. Me gusta la rutina que tenía, el sentirte especial, el pensar que siempre habrá una mano que te saque de los problemas, un hombro en el que llorar, una persona en la que confiar...
Un verano puede cambiarte a ti... o a las personas que te rodean. En un pestañeo todo lo que habías conseguido hasta ahora puede desaparecer sin dejar rastro alguno, sin dejar evidencias... pero si algo era tan especial para ti. si algo se sentía tan profundo no puede desaparecer de esa forma... Pienso yo que algún día volverá... Y en el caso de que no vuelva... no seré yo la que se quede estancada esperándolo.
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